Intro

Creo que el arte es mezcla de tráfico de experienciasy último refugio de la magia con una cierta otra cosa que ni siquiera intento definir. Desde ese lugar (al que podría llamar saber elemental) genero acciones artísticas que dejan huellas. Así como no puedo evitar cuestionar la división cuerpo / espíritu (?), también creo que mi reptar de disciplina en disciplina (de la escultura al spokenword pasando por la acción, el video y la instalación) es mi manera de dinamitar la división que se trata de imponer entre ellas, inexplicable modo de adiestramiento. Creo que el mismo movimiento se da entre los materiales que elijo para trabajar: del plástico al hueso, en el inter-medio, la carne y el fuego y luego, tejer las excrecencias vegetales. Más allá de la muestra específica del mismo nombre, la suspensión aparece hoy como algo más general en mi estar siendo artista (y en mi vida, claro) porque alude justamente a lo que es/está simultáneamente vivo y muerto, arriba y abajo, pulcro y hediento, humano, animal y divino y que replantea la oposición de estas categorías. Y esto es para mí motor: la existencia de una subversión sistemática de mí mismo, un cierto carácter viral del hacer, una búsqueda justiciera que aúlla: mi máscara es mi rostro.

Juan Miceli, 2012

viernes, 1 de julio de 2016

Jorge Sarsale en Jolie Bistro / Las Entrevistas Vivientes 1


Puedo decir que conocí íntimamente a Jorge Sarsale aún antes de conocerlo personalmente. Durante dos meses viví en un departamento en New London en el que había varias de sus pinturas. Esas imágenes que yo vinculaba tanto con el mosaico como con el pixel y lo textual, fueron mis compañeras de departamento en  New London, ciudad con la que él había estado conectado unos años antes. Llegue ahí con motivo de la residencia artística expressiones en la que participé en 2014. 
Sarsale genera estas obras a partir de la selección y combinación muy meticulosa de fragmentos de papel diversos con los que arma su propio material. Lo primero que me atrapó de esas imágenes es que me producen una cierta invitación a la lectura cuando (salvo en algunas obras donde aparecen, por ejemplo, avisos fúnebres) no hay texto alguno ahí, o mejor dicho no hay palabras ni letras pero es indudable la presencia de tejido.

Nos juntamos a charlar en Jolie Bistro donde su obra podrá verse (y tal vez saborearse) hasta fines de julio. En los primeros intercambios me dice que va a pedir cualquier cosa de comer. Agrega: No me interesan los safaris gastronómicos. Ya me cae genial.

Para comenzar le comento acerca de mi convivencia con sus cuadros en el departamento  y eso dispara la charla hacia la cuestión de las residencias como experiencia artística, que lo llevaron a producir obra en varios lugares de Estados Unidos y México entre el año 2002 y la actualidad. Pone el acento en que estos desplazamientos  le han dado la posibilidad de concentrarse sólo en su obra y también la oportunidad de devenir menos urbano (especialmente a partir de la experiencia de "propiedad horizontal de nidos de hornero" en la residencia I-Park, USA).
Un movimiento se encadena con el otro y comienza a contarme su reciente viaje a China. Llego allí invitado por un coleccionista que esta armando su propio museo y que invitó a 25 artistas de todo el mundo entre los cuales esta él. Me lleva de paseo a través de un relato que incluye una semana en Beijing, noches míticas de karaoke, la Plaza Roja, visitas al museo en construcción, aventuras (y desventuras) en taxi.
De golpe dispara: La Muralla China es impresionante, pero a veces en los lugares turísticos hay tanta gente que creo que ya absorbieron toda la energía que había ahí. Fui a Machu Pichu en 1973, ahí, en ese momento creo que todavía había algo. Podías sentir y estar realmente en el lugar.
Mientras conversamos, pienso, intuyo y reveo su obra a mi izquierda. La miro de reojo o abiertamente. Pinturas de diversas épocas se combinan como partes de un todo que solo llega a verse por momentos, pero que forman una sola obra sin duda, un decir.  Hay algo en esa imagen de toda la pared que yo vinculo con el mosaico (y su tensión pars pro toto)y con algunos programas generativos de video, que vuelve a confirmar(me)  una vez mas que el arte atraviesa todas  las disciplinas si o si. 
Y también, que la materia es un tejido abierto y que Jorge Sarsale, arquitecto que expone en forma individual y colectiva desde el año 1989 decidió en un momento de su vida re fundarse artista. Hay mucho en su obra que dice eso y vale la pena disfrutarlo.
                                                                                                                  
Antes de despedirnos, le pido si puede elegir algunos temas para el programa de radio.
- Claro, escucho mucha música, muy variada. No me gusta el silencio -dice casi al final de la entrevista, excusa ideal para dejarlos con los sonidos que eligió para nuestro Activate 90.1 del 18 de junio. 

                                                                                                                                             Juan Miceli
                                                                                                                                        


Jolie Bistro – Conde 2036 - CABA 








 todas las fotos por Uly Ziliotto para Chas 35 estudio fotográfico

MUSICA 
https://www.youtube.com/watch?v=BftAi42ILvU




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